Costa Rica
Instituto Costarricense de Turismo
 

Suplemento del ICT- Setiembre 29,2002
Año 1 - Número 2
 
Caribe Norte
La parte norte del litoral Caribe costarricense es un paraíso natural en el que conviven varias etnias, buena música y gente amable.

No hay duda. Cuando Dios pensó en crear el Edén, ideó hacerlo en la región norte del litoral Caribe de nuestro país. Esto porque la zona es una de naturaleza majestuosa, bella e increíble que ofrece a los turistas todo un mundo de sorpresas, vestimentas multicolores y gentileza, así como la posibilidad de permanecer en medio de hermosos tesoros naturales.

Nuestro Caribe Norte es una tierra de cocoteros, rica en vida, vibraciones positivas y exuberante flora y fauna típicamente tropical. En ella hay un paisaje de múltiples contrastes en el que se encuentran grandes áreas de cultivos tropicales como bananos, plantas ornamentales o el conocido pejibaye, una planta nativa cuyo fruto es de exquisito sabor.

También se presenta un fuerte apego a las tradiciones afroantillanas, responsable de un estilo de vida caracterizado por la bohemia y la hospitalidad de sus habitantes, siempre dispuestos a ayudar a los visitantes y a compartir con ellos la riqueza de su cultura.

Esta zona, que comprende la costa caribeña desde el Río San Juan hasta la ciudad de Limón, es una de las más hermosas de Costa Rica y quizás una de las que ofrece mayores estímulos visuales y sonoros. Se ubica a unos 170 kilómetros de la capital y está conformada por cientos de kilómetros que inician en barra de Tortuguero (fronteriza con Nicaragua) y concluyen en Limón centro.

El Caribe Norte posee un clima tropical húmedo y presenta cambios de temperatura que oscilan entre los 330C durante el día y los 200C en la noche. Se trata, asimismo, de la zona más lluviosa del país con una precipitación anual que puede alcanzar los 6 mil mm3, aunque esto no le resta el menor de los méritos a todos sus encantos, muchos de ellos poco visitados.

Cuenta con una variedad de ecosistemas acuáticos, playas de arena negra, posibilidad de pesca de sábalo y róbalo y el desove de varios tipos de tortugas.

ALGO DE HISTORIA

La riqueza y las bellezas naturales de esta región fue algo que Cristóbal Colón comprobó personalmente en 1502, cuando arribó hasta la isla Uvita que en aquel entonces se llamaba Quiribí.

La isla Uvita, es el hogar de uno de los arrecifes de coral más bellos del país y lugar de anidamiento de hermosas aves marinas. Esta isla fue declarada Monumento Nacional en 1985 debido a que es el primer lugar que Cristóbal Colón pisó al llegar a Costa Rica en 1502.

A la sazón, la zona estaba compuesta principalmente de indios bribríes y cabécares, hoy establecidos en la parte sur de Limón.

Más tarde, el perfil de sus habitantes se enriqueció con el advenimiento de diversas comunidades negras provenientes de Las Antillas, las cuales llegaron a trabajar en el cultivo del cacao, la construcción del ferrocarril al Atlántico y las plantaciones de banano. Esta nueva población aportó sus costumbres, lengua, comida y música.

Posteriormente otra etnia hizo su aparición y se estableció en la zona: la china. Así se produjo una mezcla cultural de indígenas, españoles, afrocaribeños y chinos, lo cual forma un crisol de razas lleno de sorpresas y característico del Caribe de nuestro país.

RIQUEZA Y ARMONÍA NATURAL

El Caribe Norte es un paraíso para los amantes de la biodiversidad debido a que allí hay parques nacionales y refugios de vida silvestre. En esta región se localizan: el Refugio Nacional de Vida Silvestre Barra del Colorado, el Parque Nacional Tortuguero y el sistema de canales fluviales que une el Puerto de Moín con Barra del Colorado.

Es precisamente en los canales de Tortuguero donde se produce un maravilloso espectáculo: el desove de la tortuga verde, aunque también es posible apreciar libremente a los sorprendentes cocodrilos. Ahí se encuentran abundantes canales y lagunas navegables aptos para la pesca deportiva de especies marinas y fluviales.

Esta es una fórmula que atrae la atención de quienes respetan la naturaleza gracias a la variedad de flora y fauna imperante en la región, la cual está a una palma de la mano.

En esta zona se puede encontrar una diversidad de acogedores hoteles que casi no han alterado el paisaje natural del área, restaurantes, servicios médicos, teléfonos, calles asfaltadas y otras facilidades.

Además es probable visitar el muelle en el que los amantes de la pesca gustan de practicar su gran pasión, y quienes lo prefieran pueden caminar junto al rompeolas para escuchar el clamor del mar rompiendo contra la tierra.

La fórmula de la diversión se amplía con la existencia de mágicas, pacíficas y tranquilas playas cercanas al parque central de Limón, tales como Moín y playa Bonita, conocida internacionalmente por sus facilidades para practicar surf. Las playas de esta región están rodeadas de cocoteros o yolillales y encierran una gran biodiversidad.

Esta zona Caribe está llena de costumbres, festejos de gran colorido y sabrosos ritmos. Destacan el carnaval, el calypso y el reggae, al igual que una rica variedad de platillos y un mágico idioma; mezcla de español, inglés criollo y vocablos indígenas.

La gastronomía local, por ejemplo, refleja la mezcla racial y cultural predominante en la zona. Sus exquisitas comidas incluyen el "rice and beans", el "pan bon", el "patí", las galletas de jengibre y la sopa de vegetales con pescado y otros productos marinos llamada "rondón".


Ver animales desde los canales de Tortuguero es toda una experiencia en medio de los extraordinarios paisajes salvajes de la zona.

RITMO CALIENTE

Una de las manifestaciones culturales más importantes del país, es el famoso carnaval de Limón, que rescata las antiguas tradiciones afroantillanas.


Recuerde: ¡En octubre, los Carnavales del Caribe lo esperan!
Este se celebra en octubre de cada año a lo largo de una semana, pues es una época en la que las lluvias cesan y dan paso a la fiesta. Este año se celebrará del 9 al 13 de octubre próximo.

Cuando esto sucede, la música y los vistosos bailes de comparsas o agrupaciones de bailarines se lanzan a las calles y las toman al ritmo de tambores africanos.

Esta fiesta se prolonga hasta el amanecer y en ella sobresalen los llamativos trajes y la danza de los distintos grupos participantes.