Costa Rica
Instituto Costarricense de Turismo

Suplemento del ICT- Octubre 27, 2002.
Año 1 - Número 5
 
Costa Rica al natural
Nuestro país es uno de los principales destinos de naturaleza en todo el mundo y en sus tierras hay ingeniosas formas para disfrutarla

Costarricenses y extranjeros constantemente se sorprenden de las bellezas y la diversidad existente en nuestro hermoso país tropical, así como de la hospitalidad de su gente.


Nuestros destinos turísticos incluyen fincas, selvas, cataratas, volcanes y playas, entre otros.
Esto no es de extrañar porque Costa Rica es uno de los principales destinos de naturaleza en todo el mundo, lo cual hace que sea una meca para cientos de turistas amantes de los tesoros naturales y líder del ecoturismo responsable.

Este último término se refiere a los viajes cuyo propósito es interactuar, conocer, contemplar y conservar la naturaleza, por lo que tienden a realizarse en áreas poco perturbadas por los humanos.

Dicha característica propicia que cada verano lleguen colegiales y universitarios de todo el mundo para aprender más sobre la naturaleza y vivir una cultura diferente a la suya.

Muchos vienen en viajes de estudio y otros a realizar trabajos comunitarios o cursos de campo. Algunos más nos visitan con fines turísticos y optan, principalmente por el buceo, la observación de aves y ballenas.

Y es que el país reúne características excepcionales: biodiversidad, variedad de climas y ecosistemas. Además se le reconoce como destino de sol y playa, de actividades ecoturísticas y de turismo de aventura durante todo el año.
Dispone, asimismo, de productos que lo diferencian de otros destinos tales como la observación de mariposas, 850 especies de aves registradas y tortugas (baulas y verdes), aparte de una infraestructura aeroportuaria y terrestre en buenas condiciones.
Costa Rica posee, además, cerca del 6% de la biodiversidad del planeta y su riqueza natural está protegida por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación que cubre el 25% del territorio nacional.

Una de las mayores ventajas de nuestro país es que el turista lo puede atravesar, de costa a costa, con facilidad y en pocas horas. Eso le permite al viajero desayunar en el Caribe y cenar en el Pacífico Central después de atravesar un bosque lluvioso.

Además tiene una sólida industria turística, profesional y de calidad. Ésta conoce muy bien las maravillas escondidas en su territorio y se las ingenia para desarrollar innovadoras formas de disfrutar de la naturaleza, aunque con respeto y responsabilidad.


De todo para todos

Aquí es posible disfrutar de bosques tropicales, secos, lluviosos y nubosos, así como de volcanes activos, aguas termales, cataratas, manglares, humedales y playas bañadas por el Océano Pacífico o el Caribe.

El paisaje espectacular alberga diversidad de vida animal: 350 mil insectos, 850 especies de aves, 4 especies de monos y otras maravillas.

Costa Rica es, adicionalmente, líder mundial en la investigación de métodos agrícolas amigables con el medio ambiente, oferta que incluye una creciente cosecha de productos orgánicos en la cual destacan las hortalizas y los minivegetales.

Este fascinante mundo está al alcance del turista en plantaciones y fincas de café, banano, caña de azúcar, cítricos, palmito, cocodrilos, iguanas, flores y siembras forestales.

Pero también es posible encontrar recorridos turísticos que son verdaderos clásicos. Algunos de ellos contemplan travesías por kilómetros de jungla, navegación en ríos y canales, caminatas en medio de bosques brumosos, baños en aguas termales, descansos en playas y exploración en zonas salvajes.

Otras aventuras salidas de lo común resultan de gran interés. Por ejemplo, incursiones en las zonas más profundas de los bosques o la visita a playas poco frecuentadas.
A los amantes de las aves los esperan una serie de sitios excelentes para su observación en humedales, lagunas, esteros, potreros, ríos, canales y bosques. Estos lugares abarcan 12 zonas de vida en las que habitan más de 800 especies de aves.

Quienes gustan de compartir en familia disponen de opciones ideales para todas las edades. Pueden hacer viajes a regiones donde encontrarán aguas termales, volcanes, frescas montañas, bosques y mariposarios.

También tendrán la oportunidad de explorar las copas de los árboles caminando por puentes colgantes, visitar auténticas haciendas costarricenses, pescar, cabalgar y observar el desove de diferentes tortugas.

Como si fuera poco, nuestro país es un verdadero paraíso para los niños tal y como lo han comprobado familias del mundo entero. Estas han descubierto que aquí los pequeñines son reyes debido a que la familia es un valor muy arraigado dentro de la población.

Los que prefieren realizar actividades más fuertes que las familiares también tienen buenas noticias. Costa Rica les permite llenarse de adrenalina mediante deslizamientos por los rápidos de ríos caudalosos, paseos en el mar sobre kayak, ciclismo de montaña, recorridos en selvas, planeadores y ultraligeros a motor, excursiones en cuadraciclos, montañismo, ascensos a volcanes, buceo en mar y navegación por lagos, estuarios o manglares.

Los que, contrario a los amantes de las emociones fuertes, se inclinan por las actividades tranquilas, encontrarán el espacio necesario para relajarse. Ellos podrán descansar en una hamaca, tenderse a leer un libro, ir al spa, recibir masajes, sumergirse en aguas termales o practicar meditación.

A los enamorados también les espera cálidas noches tropicales a la luz de la luna y el brillo de las estrellas, junto a la orilla del mar o en la montaña. Para ellos hay parajes hermosos en los que pueden tomar baños bajo una cascada en medio de un entorno exuberante, visitar playas y ensenadas rocosas que los harán vivir el romance teniendo a la naturaleza como su cómplice.

¡A todos, feliz comunicación con la naturaleza y que disfruten de la tradicional hospitalidad de nuestra gente!

Suplemento producido por el Instituto Costarricense de Turismo . Comité Editorial: Silvia Rodríguez, Rafael Quesada, Ivonne Apuy y Angela Orozco. Información recopilada por María Eugenia Murillo. Colaboración: Alberto Sánchez.